Tarea… ¿con o sin ayuda?
Los padres suelen estar atentos a los quehaceres escolares de los chicos, pero… ¿es mejor para ellos?
Muchos maestros y psicólogos se quejan por la intervención en el aprendizaje escolar, creyendo a veces que los padres acaban dañando la educación de los hijos. Y no es “un tema” sólo por estos lares. Un informe del Departamento de Educación estadounidenseasevera: “La mayoría de los padres y madres concede mucha relevancia a los estudios de sus hijos y trata de implicarse en ellos”. Muchos docentes coinciden en que la dinámica al respecto consiste en asegurar al niño un ámbito adecuado para el estudio, sin TV, video juegos a mano, y que tenga acceso a las cosas básicas para la tarea. Hasta acá perfecto, pero hay padres que lejos de estar disponibles para ayudar cuando sea necesario y alentar al niño, dictan hasta las palabras y resuelven por su cuenta problemas matemáticos. Es interesante pensar en Estados Unidos dado que en ese país, quien hace un buen primario accede a un mejor secundario y, dependiendo de su éxito, podrá elegir universidad. Al otro lado del Atlántico, una encuesta de hábitos de estudio en niños realizada por TNS Demoscopia dice: “La tarea escolar es asunto de toda la familia en España, la mayor parte de la comunidad educativa defiende el valor de los deberes en casa. Parece que las familias también tienen asumida esa responsabilidad, pues el 80% de los alumnos en Primaria reciben ayuda de sus padres para los deberes y el 45% de los estudiantes en Secundaria”. Al respecto la profesora María Jesús Comellas de la Universitat Autónoma de Barcelona y psicóloga especializada en relaciones familia-escuela, opina: “Los deberes son de la criatura, no de la familia; el deber de la familia es velar por que el niño tenga espacio y tiempo para hacer sus tareas y, si son muy pequeños, facilitar la organización del tiempo. Ser padre y maestro a la vez crea conflictos y dependencia”. Pero no son pocos los docentes del mundo que afirman que la experiencia prueba que los niños son mucho más aptos para tener éxito en el aprendizaje cuando sus familias los apoyan activamente, leen con ellos y los ayudan,dialogan con sus maestrosyparticipan en la escuela o en otras actividades educativas.
En busca del equilibrio
Pareciera que la solución al dilema se encuentra en lograr un punto medio en el apoyo de la familia respecto al estudio de los más chicos.
Benjamí Montenegro, del francés Equip Psicològic del Desenvolupament de l’Individu, dice que el papel de los padres es el de auditores: “Han de controlar que el trabajo esté hecho, pero no entrar en el contenido porque se trata de que las tareas las hagan los niños y así trabajar su autonomía”. Aclara que eso no significa que no se pueda aclarar dudas si existen u ofrecerles pistas o herramientas para que piense cómo resolver la tarea. Ante dificultades severas de aprendizaje lo mejor es buscar un profesor particular de apoyo, dice. Una completa orientación que es bastante adecuada para los hogares argentinos la ofrece Daniel Dreifuss. Licenciado en psicología clínica de la Pontificia Universidad Católica del Perú y psicoterapeuta, afirma que los chicos a veces expresan “una necesidad afectiva de estar con sus padres”al pedir ayuda con su tarea cuando ellos trabajan muchas horas fuera del hogar.