Ser veggie
Con más profundidad que banalidad, algunas opciones sin carne se instalan más allá de la moda e interpelan usos y costumbres, el impacto ambiental, y la búsqueda de nuevos sabores.
Primero como una moda, luego como una forma de vida, la onda vegetariana trascendió las barreras culturales en de los países con más alto índice de consumo de carnes. ¿Cómo? Fue multifactorial. Algunos pocos, en general viajeros cultores de lo oriental, amantes de lo bohemio, críticos del capitalismo y alejados del paradigma cristiano-occidental sembraron las bases de lo que hoy parece una opción legítima superadora de lo gastronómico, con sustento en el respeto a los otros seres vivos, el cuidado del medioambiente y una salud más cuidad.
Término que no termina
Lo veggie, lejos de estancarse, está haciendo furor no sólo en entradas y platos principales, sino que llega a cócteles, libros de recetas, tiendas especializadas y coquetos restaurantes. “Son los vegetales de siempre, pero dispuestos de tal modo, cocinados y, sobre todo, vistos con ojos nuevos que los hacen brillar y converger en objeto de deseo culinario”, explican muy bien en el portal Ecología Verde (www.ecologiaverde.com). ¿Qué hacer con una triste lechuga y un par de tomates sin gusto al lado de un buen bife?, se preguntan muchos. El mundo de las frutas y las verduras tiene la respuesta: los alimentos por (re)descubrir son infinitos, y la disminución de carne roja colabora con la salud, cuida los animales y frena explotaciones agrícolas insostenibles a largo plazo para el medio ambiente. Pero no hay que fanatizarse. También entre los productos frutihortícolas hay utilización de agroquímicos, que se suman a la producción de envases, al transporte de mercaderías o otros factores de la cadena comercial que alteran el medio ambiente.
Aquí algunas recetas para animarse a probar, y quien dice, gradualmente, redireccionar nuestra alimentación hacia una más saludable.
Risotto de quinoa roja con camarones
Infalible por simpleza, color y bajos costos, el risotto siempre es una opción. Aquí una versión norteña, con uno de sus emblemas: la quínoa.
Ingredientes
1 taza de quinua roja (también puedes usar quinua blanca)
1 cebolla finamente picada
1 diente de ajo picado
1 cucharada de aceite de oliva
1/2 taza de vino blanco (Sauvignon o Chardonnay)
1 y 1/2 tazas de agua
¼ de camarones frecos
1 caldo de verduras (opcional)
4 cucharadas de queso parmesano recién rallado (opcional)
Sal y pimienta recién molida al gusto.
Procedimiento
Remojar la quinoa previamente durante al menos 1 hora y luego enjuagarla 8 o 9 veces hasta observar que no queda el jaboncito (saponina) propio del grano.
Cocinarla a fuego lento durante 10 o 15 minutos hasta que absorba toda el agua en proporción 1-2: por cada taza de quinoa, 2 de agua.
Calentar el aceite en un sartén grande a fuego medio-alto y saltear cebolla y ajo picados por 2 a 3 minutos hasta que el ajo se vuelva fragante pero no se dore.
Agregar el puñado de camarones y luego la quinoa lavada.
Mezclar y sumar pimienta, oliva y el caldo de verduras si se lo utiliza. Agregar lentamente el vino y revolver hasta que se reduzca.
Agregar el agua hasta que empiece a hervir y dejar 30 minutos revolviendo ocasionalmente. Cuando se absorba la mayor parte del líquido, puede sumarse el parmesano.
Salpimentar y servir en bowls.
Hamburguesa de lentejas
Nadie puede resistirse a una hamburguesa. En esta ocasión, una receta simple, proteica y muy sabrosa, además de saludable.
Ingredientes
2 cebolla morada
1 cebolla blanca
6 champiñones
3 ajos
3 verdeo
¼ de lentejas
4 cdas de pan rallado
1 huevo
1 atado de albahaca fresca
1 paquete de queso dambo en fetas
2 paltas
3 limas
2 morrones rojo
1 pizca de ajÍ molido, comino y pimentón
1 cda de queso crema
1 pan de hamburguesa
Procedimiento
Saltear en un satén con oliva la cebolla morada, champiñones, ajo y verdeo con sal y pimienta. Dejar enfriar.
Procesar las lentejas ya cocidas con los vegetales y ajo molido, comino, pimentón y perejil. Luego darle forma a la hamburguesa y dorarla a un sartén bien caliente. Al dar vuelta agregar el dambo arriba. Para la salsa roja: dorar las cebollas y morrones. Llevar a una procesadora con un poco de oliva, sal y pimienta. Sumar queso crema para formar consistencia cremosa.