¿Qué entendemos por seguridad?
Junto al modo de vida country, el contacto con la naturaleza y la práctica deportiva, otro tema crucial por el que las familias eligen una urbanización cerrada es la posibilidad de resguardarse del caos ciudadano y los riesgos de la inseguridad. ¿Pero la circulación en los barrios, sigue siendo segura?
En general, muchos esfuerzos y recursos se enfocan a la agresión e intrusión externa. Así algunos countries parecen castillos feudales, rodeados de muros que toman distancia y lo resguardan del mundo exterior. Pero muchas veces, demasiadas, las cuestiones de seguridad son de carácter interno, conflictos entre vecinos, situaciones intrafamiliares, problemas con personal del country, seguridad sanitaria insuficiente, calles con baches y mal iluminadas, y finalmente la inseguridad vial. Efectivamente, al trasponer el cerco perimetral no nos transformamos en conductores prudentes, cumplidores de las normas de tránsito, solidarios con ciclistas y peatones. Para nada.
Si nos atenemos a la experiencia, la mayor cantidad de conflictos que enfrentan los directivos de un country, en relación a la convivencia, son infracciones de tránsito. Adoptadas por los mismos asociados, estas normas muchas veces son más laxas y permisivas que las provinciales o nacionales.
Las infracciones, en general, se remiten a:
– Exceso de velocidad.
– Conducir sin registro habilitante.
– Conducción por menores de edad.
– Estacionamiento en lugares no permitidos o en forma incorrecta.
– El conductor manejando con un niño en su regazo.
– ¿Alcohol cero? Te la debo.
Todas estas infracciones se replican con los conductores de ciclomotores, motos, autos eléctricos y patinetas motorizadas, que muchas veces alcanzan velocidades importantes y son conducidas menores de 14 años. Si existieran estadísticas fiables, los costos en vidas y lesiones graves por accidentes en las calles de los countries, superarían ampliamente a las cometidas por intrusiones o ataques de equipos comandos.
Pero guardias armados, ingresos fortificados, murallas de tres metros de altura, tienen mejor marketing que calles mejor asfaltadas, mejor iluminación, campañas de educación vial, trabajo de las comisiones de convivencia con los infractores, y la adopción de sanciones cuando son necesarias. En fin, nada nuevo bajo el sol.
Educación, compromiso y solidaridad, versus marketing y negocios.
¿A qué no se imaginan quién gana?