La pareja creativa
Toda pareja está formada por dos historias, dos individualidades, dos personas que provienen de hogares diferentes. De la incapacidad de conciliar los ideales de cada uno con ésta realidad, surgen los problemas.
¿Usted se encuentra en alguna de estas variables? Para que no se sienta desanimado o como el único ser mortal que le ocurre esto, le comento que no es nada fácil poder estar bien en pareja. Lo que le acabo de decir no representa ningún gran descubrimiento de la Psicología. Pero a pesar de lo que a priori representa ser un retroceso en nuestras relaciones de pareja, bien conducidas se transforman en algo muy positivo para el crecimiento individual y conjunto. Efectivamente, los motivos más frecuentes de consulta son: La imposibilidad de formar una pareja estable; El hecho de formar parte de una pareja inmadura; y no poder vivir en pareja.
Transformar
Así como las crisis personales son una magnifica oportunidad para generar cambios en uno, las de pareja lo son para cambiar de a dos, crecer en conjunto e individualmente. Este “click” permitirá asumir las propias dificultades sin cargar en las cuentas del otro lo que en realidad es un tema personal irresuelto (“por culpa de ella no terminé la carrera”; “dejé de ver a mis amigas por él”). Será necesario ejercitar nuevos modelos y juegos para vincularse de otra manera. Describo en el libro Quiero estar bien en pareja, (1999 – Emece Editores) algunos para no cometer de manera compulsiva los mismos errores, y así romper él circulo vicioso que se produce en la comunicación de pareja.
Como en el ajedrez
La pareja juega un partido de ajedrez: al mover una pieza, generamos la necesidad de un cambio de estrategia en nuestro contrincante y respondemos de acuerdo a éste, en la relación a su última jugada. Es decir, mi cambio puede generar el suyo y la comunicación fluir de un modo diferente. Poder cambiar estos “juegos estáticos” que nos impiden crecer, e intentar matizarlos con otros, debe ser nuestro objetivo. Así como un negocio tiene que tener mucho surtido y colorido para que nos resulte atractivo y nos invite a comprar, la pareja debe contener distintos modos de relacionarse para que la atracción del uno al otro sea permanente. Muchas veces escucharon frases como “no voy de vacaciones porque mi novio no quiere”, “yo quería trabajar medio día, pero Marcelo me pide que quede con los chicos”. Éstos son en verdad sollozos de aquellos que no trabajaron con los proyectos individuales. Reveerlos, actualizarlos, no lamentarnos de lo que no hicimos, es algo que todavía podemos hacer. Es tarea difícil pero nada imposible.
Las dificultades de pareja también surgen en épocas de acontecimientos movilizadores especiales o cambios abruptos: nacimientos de hijos, el comienzo escolar de los chicos, cambios y crecimientos labores desparejos de uno o ambos miembros de la pareja, concretar una fecha de casamiento, etc. A estos cambios individuales se le suman los cimbronazos sociales de la época en que vivimos. Como la pareja no es ajena a estos, se produce una desestabilización y la necesidad de reacomodamiento. En definitiva, la pareja va pasando por diversas etapas, no es la misma ni podemos pretender que lo sea. Heralclito ya decía que “no podemos bañarnos dos en el mismo río”, ya que el río de nuestras vidas cambia permanentemente, y cada uno es (afortunadamente) totalmente distinto a lo largo del tiempo.
El equilibrio, la libertad y la creatividadUno de los temores actuales para formar pareja o para mantenerla es que el compromiso nos quite libertad. Siempre en una pareja se gana o se pierde, lo importante es que el saldo mayor sea positivo. La libertad o independencia económica es uno de los tantos factores que generan conflicto en las parejas. El dinero no debe ser un elemento de poder, al estilo: quien gana mas, manda más. El manejo del dinero en la pareja, a través de pautas claras y conformidad en ambas partes, evitaran el ruido en los otros aspectos. Otros puntos a tomar en cuenta son: a) las dificultades sexuales, discerniendo si son resultado de los otros aspectos mencionados; b) la existencia o no de separaciones previas: separarse bien (en todos los aspectos) de la anterior pareja, evita repetir errores pasados o hacer los inversos. Una buena separación sienta las bases para una mejor pareja futura. De cada crisis individual conviene aprender. Salir fortalecido sin esconder las razones del conflicto, (como aquel polvillo molesto que se barre bajo la alfombra), resultaran en un crecimiento individual y de conjunto de la pareja. Hay que recordar siempre que una pareja afirmada sobre bases sólidas no es aquella que nunca se pelea. Tampoco es aquella que no tiene desencuentro o intereses divergentes. ¿En que consiste entonces una buena pareja? Ni más ni menos que en sus potencialidades de creatividad que le permitan cambiar el esquema de funcionamiento para adaptarse a circunstancias nuevas. Una pareja con estas posibilidades de cambio es, sin duda, una pareja creativa.