Huerta de invierno
Si bien el clima no parece ayudar, con frío también es posible una buena cosecha. Especies y variedades que se adaptan a las bajas temperaturas, con consejos del INTA para tener éxito
El jardín y la huerta siempre es más difícil en invierno, pero siguiendo algunos consejos, lo podemos encarar con entusiasmo y cultivar una gran cantidad de especies de importante valor nutricional para la dieta familiar.
Primero las semillas
Clásico desde hace muchos años, el kit de semillas que entrega el programa Prohuerta del Instituto Nacional Tecnología Agropecuaria (INTA) permite obtener una selección que se adapta al frío. Son 11 especies que pueden buscarse de manera gratuita en todas las sedes de la entidad.
– Acelga: ideal para siembra directa o en almácigos. Se recomienda hacer dos siembras separadas por un mes o 45 días.
– Achicoria: Rustica y con mucha producción. Cosecharla cortando todas las hojas a 5 centímetros del suelo, de esta forma siempre tendremos hojas jóvenes.
– Arveja: No sólo rica sino importante por ser leguminosa, cuya capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico a través de una simbiosis con unas bacterias ayuda a mejorar el suelo.
– Cebolla: Siempre útil. Se recomienda hacer almácigos y trasplantar de a raíz denuda sin inconvenientes.
– Haba: Otra leguminosa tan buena como deliciosa. Incorpora flores al igual que la arveja, y es importante porque algunos insectos benéficos se alimentan de su polen.
– Lechuga: Clásica y efectiva si se escalona la siembra para tener producción durante algunos meses. Si se hace en almacigo debe trasplantarse con pan de tierra.
– Perejil: La idea es colocar varias semillas en grupos distintos por toda la huerta. No presenta plagas ni enfermedades importantes.
– Puerro: Sabroso y perfecto para cosechar cortando la planta entera a unos centímetros del suelo, dejando que forme nuevas baras.
– Rabanito: El primero en parecer a las dos o tres semanas, de hojas riquísimas y sin inconvenientes con plagas o enfermedades.
– Remolacha: Una planta difícil y lenta, que suele ser afectada por viruela, pero su sabor vale el esfuerzo.
– Repollo: Muy resistente a los trasplantes a raíz desnuda, es clave dejar distancia entre plantas para su crecimiento.
– Rúcula: Se recomienda hacer una sola siembra directa, y cosechar la planta entera o extraer las hojas más grandes cada vez que sea necesario.
– Zanahoria: Es súper útil y una especie interesante para asociar con verduras de hojas.
– Caléndula: Es parte de kit del Prohuerta, y una de las pocas plantas con flores que proporciona polen a insectos benéficos y funciona como planta trampa para pulgones.
A tener en cuenta
– El espacio: el lugar disponible para la huerta debe estar a mano, ya que es importante prestarle atención. A la hora de plantar, debemos intentar que la tierra sea buena (aireada y con nutrientes que pueden obtenerse con la incorporación de abonos orgánicos que mantienen actividad microbiana del suelo). Se pueden hacer abonos como el compost, lombricompuestos y estiércoles de animales de granja, pero que deben estar compostados para evitar la contaminación.
– Estrategia: Es ideal sembrar por tramos para proveernos durante toda la campaña. De ser posible, rotar cultivos, sea en suelo, macetas, cajones u otros recipientes. Eso disminuye la incidencia de enfermedades de las plantas, cambia el patrón de extracción de nutrientes y en el caso de las legumbres mejora el suelo. Asimismo, la asociación de cultivos permite mezclar colores y aromas en la huerta, lo que confunde a los insectos plaga y cubre mejor el suelo. Se deben mezclar especies aromáticas con plantas con flores, y a diferencia de lo que se cree, una huerta despejada no es mejor: un suelo cubierto con hojas o cortezas ayuda con la erosión y la evaporación del aguaEl éxito: Paciencia y dedicación, atención a problemas de plagas y riego constante garantizan la fortuna del huertero.