Emprender y gestionar sin freno
Aprender a recibir casi como una bienvenida a las crisis, y combatir a esos “frenadores” que suelen ser nuestras propias excusas al cambio, pueden ser aspectos claves de iniciar y gestionar una empresa.
El rol que cumplen los proyectos empresarios en la salud de los emprendedores es fundamental. Hay maneras de potenciar esfuerzos entre socios y aprender a evitar las relaciones laborales tóxicas, las excusas y limitantes. En ese sentido, los proyectos a corto y mediano plazo ayudan muchísimo, aunque sean chiquitos; no hay que ser Bill Gates o hacer algo hollywoodense, no tenés que ser Woody Allen para hacer un director o un actor de película. Uno puede hacer un emprendimiento propio, pequeño, pero ese es el combustible necesario que es como una nafta que te da endorfinas para tener un aspecto saludable, físico y mentalmente, en actitud abierta de búsqueda y movimiento.
Así como hay movimiento de abdominales físicos, tenemos los abdominales psíquicos, un movimiento que es el de accionar permanentemente poniendo a rodar esas tormentas de ideas en la cabeza. Porque cuando uno tiene ideas y las frena, vienen los problemas psicosomáticos donde te sentís indeseable, cuestionable o con baja autoestima.
La gammaglobulina emocional
Tener más defensas y más resiliencias frente a las crisis también repercute en la gammaglobulina del aparato físico. El emprendimiento en general, su logro y la capacidad de alegrarse de ese emprendimiento te mantiene saludable y evita la depresión. Por otro lado, está aquel emprendedor que cada vez que llega a una meta tiene que tener una nueva zanahoria y no se sabe alegrar de la zanahoria que obtuvo, entonces eso deja cierta frustración, y la frustración constante no es buena.
Un buen consejo es enfocar a lo que nos gusta. Si es el contacto con el público, tenemos que elegir un emprendimiento en donde nosotros, por lo menos, con socio o sin socio, estemos relacionados con eso. Si tenemos que estar, por ejemplo, en un escritorio sentados todo el día y somos una persona hiperactiva y no lo consideramos, tenemos que encontrar la hiperactividad dentro de ese emprendimiento o encontrarnos un lugar en ella en la cual podamos lograrlo.
Los miedos
A veces hay miedo al cambio, a emprender, tropezarme, frustrarme y para no frustrarme no lo emprendo. Para que no nos vaya mal, no lo hacemos. Hay gente que está muy estática, contracturada y tiene miedo al cambio. Entonces cuando tenés miedo al cambio preferís quedarte donde estas, aunque no estés bien, pero lo tenés seguro. Hay que dejar de lado eso de “seguro”. Son excusas que llamo frenadores: “no es el momento”, “cuando cambie el gobierno”, “cuando estemos más estables”, “cuando tenga mi familia”. Esos son frenadores que adquirimos desde chicos: “Total hay otros que son mejores que yo”, “no sirvo, no valgo”, “no tengo buena apariencia física”. Allí hay que dar la bienvenida a las crisis. Muchas veces a uno lo sacan del trabajo, lo cambian, lo bajan de categoría y puede ser un buen momento para ir cambiando. En mi libro “Estoy a tiempo todavía”, hay una bajada de cómo convertir las crisis en motor de cambio que justamente es aprovechar la crisis para realizar cambios. Siempre es buen momento para un emprendimiento, para un cambio.