Cómo armonizar el hogar
Como sucede con el feng-shui espacial, también en el feng-shui familiar unos pocos cambios lograrán armonizar significativamente los vínculos.
El arte ancestral del feng-shui, que quiere decir “viento y agua”, indica de qué forma deben colocarse los elementos en el espacio para permitir que la energía fluya armónicamente. También existe un feng-shui de los vínculos de familia que permite transformar el hogar en una verdadera fuente de bienestar y energía para todos los que viven en él.
Sembrar
Así como los orientales recomiendan quitarse los zapatos al entrar a la casa para no ensuciarla con las impurezas del mundo exterior, es altamente recomendable en el feng-shui familiar, liberarse de los lastres del día al entrar al hogar. Esto no significa que no pueda hablarse de los problemas personales. Todo lo contrario. Compartir los problemas laborales, por ejemplo, con la pareja y los hijos, es un modo de reelaborarlos. Pero una cosa es hablar y otra muy diferente actuarlos a través del maltrato, el grito, la mala onda en general. Una cosa es contar: “Hoy no tuve un buen día” y otra distinta mostrarse hostil y malhumorado. Plantear un problema genera solidaridad en los otros, mientras que la mala onda provoca rechazo y agresividad. Una regla de oro del feng sui de las relaciones familiares es que la convivencia es una siembra de la que se recogerá aquello que se sembró. Tan importante es esta premisa, que también la han considerado la Biblia y el Talmud. Ambos indican que cuando nos centramos en el otro y nos disponemos a amarlo, es decir, a brindarle lo mejor, cuando invertimos esfuerzo y empeño en él, disminuimos las situaciones críticas, el otro responde mejor y de esta forma contribuimos a la conformación de un círculo virtuoso.
Momentos
Hay dos momentos clave en el día para lograr la armonía del hogar. Uno es el despertar y otro el momento de la entrada a la casa luego de la jornada de trabajo o de cualquier otro tipo de salida. La mañana es el momento en nos preparamos todos para salir al mundo. Si lo hacemos luego de una pelea familiar o un desayuno silencioso pero hostil, saldremos al mundo más desguarnecidos, tendremos menor rendimiento en nuestras actividades y volveremos al hogar con la energía en baja, con lo cual no haremos sino alimentar un círculo vicioso, porque al volver con poca energía o cargados de energía negativa, volveremos a volcarla en el hogar y los vínculos familiares seguirán deteriorándose. Tené en cuenta que el feng-shui tradicional trata de “blindar” la casa y los seres que viven en ella poniendo en la puerta elementos de defensa como, por ejemplo, la figura de un dragón. En el feng-shui de los vínculos familiares se suele recomendar tomarse un minuto por la mañana para sintonizar nuestro espíritu en la mejor frecuencia, es decir, tomarnos un minuto antes de poner un pie fuera de la cama para tomar conciencia de que de la actitud que tomemos en ese momento dependerá en gran parte la armonía de ese día para todos. Un beso a nuestra pareja y a nuestros hijos, un buen desayuno y una actitud cordial son el mejor blindaje contra los problemas que se presenten en el mundo exterior. Del mismo modo, cuando regresamos, una sonrisa cordial dispondrá a todos de mejor manera y compensará los posibles sinsabores a que se hayan enfrentado. De esta forma, estaremos haciendo mucho por fortalecer un círculo virtuoso en las relaciones.
Sintonías
El feng-shui tradicional recomienda reducir al máximo la posibilidad de que la energía positiva se vaya. Una de esas formas es, por ejemplo, cerrar la puerta del baño e incluso cerrar la tapa del sanitario para que la energía no se vaya por la cañería. Las peleas continuas son también una forma de energía. Por eso, es necesario tener muy en claro que ni nuestros hijos ni nuestra pareja deben ser los chivos expiatorios de nuestros problemas. Un ejercicio de introspección nos ayudará a no depositar en ellos nuestros problemas y nuestras pequeñas frustraciones diarias y de esta forma evitaremos que a partir de un hecho trivial como que nuestra pareja dejó la toalla húmeda sobre la cama, comience a crecer una bola de nieve que termine un alud emocional. Las peleas minan la energía positiva y cargan el hogar de energía positiva.
El hogar debe ser un refugio. Cuando alguien nos abraza con cariño, nos sentimos protegidos, experimentamos la sensación de que hemos encontrado entre los brazos de ese alguien un verdadero refugio. Por esta razón, el hogar debe ser una suerte de abrazo. Abrazar simbólicamente al otro puede significar desde prepararle la comida que le gusta hasta dejarle un pequeño regalito debajo de la almohada, desde preguntarle por sus problemas, hasta hacerle un cariño al pasar a su lado. Deponer la hostilidad no sólo nos hará crecer como personas, sino que ayudará a que quienes nos rodean también depongan la suya y el hogar se armonice y se llene de energía positiva.
Algunos tips infalibles
. No culpabilices al otro por tus enojos o pequeñas frustraciones diarias.
. Elegí bien las circunstancias para hacer un reclamo. Momentos de crisis, de embarazo, de casamiento, de mudanza, de pérdida de un ser querido serán tomados como una agresión.
. Establecé acuerdos con la persona con quien compartís tu vida y respetalos.
. No esperes resultados espectaculares. A todo hay que darle su tiempo, pero si te mantenés en una actitud positiva, muy pronto podrás zafar del círculo vicioso.
. Tratá de mantener un orden flexible. Una casa ordenada y limpia predispone mejor a sus ocupantes. Pero cuando se vive al servicio de ese orden, es esclavitud.
. Volvé de vez en cuando a tu casa con algún elemento que aporte energía positiva: unas flores, un dulce, un mantel colorido o un pequeño regalito.
. Sacate el mal humor al entrar a casa como los orientales cuando se sacan los zapatos.
. De vez en cuando es necesario cambiar algo dentro de la casa, ya se trate del lugar de los muebles o el color de alguna pared. Esto nos predispondrá al cambio interior y, sobre todo, a no fijarnos en un rol.
. Dejar espacio a lo nuevo. De vez en cuando tratá que toda la familia se comprometa en una tarea de orden como tirar papeles viejos o cosas que ya no sirvan. . Intentá escuchar y comprender los problemas sin culpabilizar y no te pongas como ejemplo de “lo que debe ser”. Todos somos diferentes.