Bronquiolitis, el fantasma invernal
Llegan las bajas temperaturas trayendo resfríos y catarros por doquier, los niños suelen ser los más afectados (de allí el apodo “mocosos”) y todo se complica ante la aparición de esta enfermedad que aterra a los padres. ¿Qué sabemos de ella?
Cada año, entre un 10% y un 30 % de los niños menores de un año pueden tener bronquiolitis, una infección pulmonar que sufren preferentemente pequeños y bebés, que causa inflamación y congestión en las pequeñas vías respiratorias (bronquiolos) del pulmón. El pico de incidencia se produce sobre todo entre los 2 y los 6 meses de edad.Sólo entre el 7% y el 14%, precisará hospitalización por la gravedad de los síntomas. El resto, alrededor del 90%, son bronquiolitis leves que se controlan por el pediatra de Atención Primaria según cuenta la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP).
Cuándo preocuparse
Según la 5ta edición del libro deSalud Familiar de la Mayo Clinic de EEUU,comienza con síntomas similares a los de un resfrío común pero luego presenta tos, sibilancia y a veces dificultad para respirar. Los síntomas de la bronquiolitis pueden durar varios días y hasta semanas. Lo que más angustia a la familia es que el bebé o niño comienza a no querer comer o beber dado que le es difícil respirar. Hay que prestar atención si se trata de un enfermo de menos de 12 semanas de vida, si nació prematuro o con alguna afección cardíaca.
Todas las fuentes médicas coinciden en que el momento de recurrir a la atención médica es ante la aparición de los siguientes síntomas: sonidos sibilantes en la respiración que se hace menos profunda y más rápida (más de 60 respiraciones por minuto), cuándo inhala las costillas parecen hundirse, hay decaimiento y puede aparecer cianosis, cuando la piel se vuelve azulada particularmente en labios y uñas.
Requieren un seguimiento médico exhaustivo aquellos niños que suman factores de riesgo como son: nacimiento prematuro, afección cardíaca o pulmonar subyacente, sistema inmunitario deprimido, exposición al humo del tabaco o nunca haber sido amamantado (los bebés amamantados reciben beneficios inmunes de la madre).
Cómo prevenirlo
Los virus que causan la bronquiolitis se propagan fácilmente. Se pueden contagiar a través de las gotitas en el aire cuando alguien que está enfermo tose, estornuda o habla. También puedes adquirirlos tocando objetos compartidos como utensilios, toallas o juguetes, y luego tocándote los ojos, la nariz o la boca. Aumenta la posibilidad de adquirir la enfermedad el tener contacto con muchos niños o tener hermanos que lo hacen por concurrir a la escuela o pasar tiempo en espacios muy concurridos, según la Mayo Clinic. Por su parte, laSEPEAPaconseja entre otros cuidados el lavado frecuente de manos, no llevar a niños con bronquiolitis a la guardería ni a lugares donde haya lactantes, asegurarse de que el bebé o niño permanezca bien hidratado y evitar ambientes muy contaminados.
No hay vacunas para las causas más comunes de la bronquiolitis (virus respiratorio sincicial y rinovirus). Sin embargo, se recomienda una vacuna anual contra la gripe para todos los mayores de 6 meses.