El mejor plan
Más de 20 años de experiencia en el mercado y casi 300 obras concretadas hacen de Grupo II Arquitectura una garantía. La empresa se destaca por la implementación de las técnicas más eficientes para el desarrollo de proyectos que contemplan la participación de cada cliente con los arquitectos, no sólo en la elección de los materiales, sino también en el diseño.
“La vida moderna exige, espera, un nuevo plan para la casa. Sin plan, solo hay desorden y arbitrariedad”, asegura -y advierte- el maestro Le Corbusier. No sólo arquitecto sino teórico de la arquitectura, urbanista, pintor, escultor y hombre de letras, el suizo-francés supo plasmar la esencia de la construcción en cada obra. Ese es el espíritu que guía a Grupo II Arquitectura para lanzarse a la aventura de crear, una y otra vez.
Creatividad + trabajo
“La idea general es clave, pero también lo son los detalles. Y acá no hay magia. Es como cualquier disciplina: no podés hacerla al 100% si no te apasiona”, asegura Marcos Tripicchio al hablar de su empresa, fundada junto a Mariano Pagura, y con casi 300 obras entregadas. Muchas cosas destacan a este equipo de arquitectos, en especial la creación de espacios “que mejoren la vida de las personas”, tarea cotidiana cimentada en 20 años de compromiso en la construcción de viviendas familiares. Pero señalan, a la vez, la importancia de la tarea en común con cada cliente. “Es sumamente importante involucrarse desde los dos lados y desde el principio. Que haya un ida y vuelta permanente, porque eso genera enriquecimiento”, resumen.
Manos a la obra
Una vez que se llega al estudio, Grupo II Arquitectura se enfoca en los deseos y necesidades, siempre a partir de condicionantes indubitables, como el terreno, sus condiciones, ubicación y geometría. A partir de allí, se pasa a la etapa de los materiales y el presupuesto con que se cuenta para plasmar cada metro cuadrado. Si se parte de la base en que cada persona es un mundo, cada casa también lo es. “Una vez llegamos a un terreno en un barrio privado donde había una torre de agua ya obsoleta. La clienta nos pidió si podíamos incluirla en la obra. Armamos un microcine en el piso intermedio, y en el superior un mirador vidriado hacia los cuatro puntos cardinales. Fue un desafío hacer desde ahí toda una casa. Pero quedó bárbara”, relatan. Así, aunando ideas y el talento de sus especialistas asociados, el estudio se ha caracterizado por concluir obras que bien se han ganado ese nombre.
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