Alergias primaverales

Se presentan como un resfrío común con estornudos, congestión y picazón nasal que se puede extender a irritación del paladar, ojos u oídos. Asimismo, en muchos casos con goteo por nariz y por la parte posterior de la garganta. La diferencia con el resfrío es que la rinitis alérgica  dura más, incluso toda la estación.

Al decir de la OMS (Organización Mundial de la Salud) en su Reporte Mundial de Alergias, “la rinitis alérgica es una de las afecciones crónicas más comunes a nivel global y por lo general persiste durante toda la vida. Esta problemática afecta a más del 40% de los adultos y su prevalencia ha aumentado en el último siglo. Comparada con otras enfermedades, la rinitis alérgica no parece seria o grave, ya que no está asociada a manifestaciones severas o mortalidad, pero tiene un elevado impacto negativo en la calidad de vida de los pacientes que la padecen”. 

Creciente

Esta rinitis alérgica aparece con furor en la primavera porque su principal detonante es el polen de algunas plantas que se libera en esta estación y los ácaros del polvo que -aunque existen todo el año- la temperatura y humedad de ese momento favorecen su aumento. Hay que considerar como principales “enemigos” de los alérgicos a las gramíneas, ciprés, platanero, olivo y artemisa.

Con los cambios climáticos de los últimos años estos trastornos de la salud afectan cada día a más personas. El especialista doctor Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), explica: “el aumento de las temperaturas, de los niveles de CO2 y la sequía están cambiando la expresión de las reacciones alérgicas, algo que hemos comprobado respecto al comportamiento de pólenes sensibles a los cambios meteorológicos, cuyas plantas de origen han alargado su polinización y a niveles más elevados; esto ha originado un incremento de la reactivación de los síntomas de los pacientes alérgicos. Como el periodo de polinización se alarga, el tiempo de exposición también aumenta”. También la mayor contaminación ambiental coadyuva en el proceso, y los diversos contaminantes atmosféricos modifican el suelo y afectan el desarrollo de semillas, raíces y plantas convirtiendo a los pólenes en alergénicos más potentes. Por lo dicho hay tantos alérgicos en las ciudades aunque haya menos polen.

Cuidados y prevención

En la casa se recomienda mantener cerradas puertas y ventanas el mayor tiempo posible y sólo ventilar tras la caída del sol que es el momento en que la polinización es menor. Renovar el aire por 5 a 10 minutos es suficiente. Los ácaros de polvo –segundo factor irritante- se eliminan mejor con el uso de la aspiradora que con el barrido con escoba. Recordar que las alfombras y cortinados no son adecuados para el hogar de un alérgico porque acumulan polvo. Para los viajes en automóvil los cuidados son similares, las ventanillas preferentemente deben ir cerradas.  En algunos países existen filtros para pólenes que se coloca en el aire acondicionado.Por más tentadores que resulten los días primaverales para estar al aire libre, quienes padecen este tipo de alergia deben observar algunos cuidados como evitar los parques con abundante vegetación, no tomar contacto directo con el césped y elegir para los paseos las primeras horas del día y las últimas de la tarde. En los casos en que estén afectados los ojos protegerse con anteojos de sol. Para prácticas deportivas elegir lugares cerrados, y por último, el uso de barbijo es un buen recurso para los alérgicos que viven en zonas de elevada intensidad de polen. Una visita al médico especialista para la prescripción de antihistamínicos o una combinación con otras terapias farmacológicas hará más fácil trascurrir la primavera para el alérgico.